El diario El Mundo conmemoró el Día de Andalucía publicando un suplemento con artículos relacionados con esta pregunta que todos debíamos contestar. Yo lo hago con el deseo de ser útil; he leído con atención los artículos, he subrayado párrafos de muchos y finalmente comento algunos:
- La primavera andaluza. En el breve artículo de presentación Manuel Mateo subraya algo muy importante, la grave situación que vive nuestro país y la gran oportunidad que existe para realizar cambios profundos que son necesarios.
- Andaluces de mañana. El historiador Alfonso Lazo hace un breve recorrido por la historia de Andalucía para terminar señalando una realidad: En Andalucía desde hace treinta años no han mandado los banqueros, ni los grandes empresarios, ni las cofradías; ha mandado el Partido Socialista. Y apunta que algo ha ido cambiando por abajo, un deseo de modernidad incompatible con el conservadurismo del régimen.
- El urbanismo ha muerto. Viva la legislación urbana. El arquitecto Salvador Moreno hace una reseña sobre el urbanismo y la ordenación del territorio muy superficial, pero aporta una crítica sólida sobre la profusa legislación urbanística. Señala que “en Alemania existe una sola Ley del Suelo para todo el país, mientras que en España tenemos dieciocho castizas leyes del suelo que son continuamente reformadas por las bisoñas elites del urbanismo autonómico”. Termina diciendo que la historia del urbanismo andaluz de los últimos años ha sido la de una anómala multiplicación de normas y reglamentos presos de una histeria normativa tan desaforada que ha acabado con la posibilidad misma de un urbanismo racional. Es la tradicional obsesión socialista por organizar la vida de los ciudadanos.
- Por una regeneración. El historiador de Derecho Constitucional José Luis García Ruiz señala en este artículo, con brevedad, rigor y sentido común, las siguientes recomendaciones para regenerar nuestra democracia:
- Las instituciones políticas no están para resolver todos los problemas de una sociedad libre sino para procurarnos un marco de libertad y seguridad. La democracia solo se da de verdad en las sociedades libres y no hay sociedades libres si el Estado ocupa el lugar de la sociedad.
- Menos normas y mejor hechas. No es de recibo que una sola Comunidad Autónoma española haya publicado en el año 2010 más normas que toda Alemania “es increíble”.
- Se requiere una poda de organismos de todo tipo, organismos que tienden a crecer de modo natural y que añaden a su coste, muchas veces excesivo, los costes que supone su ineficacia y el caos administrativo que originan.
- Hay que terminar con la costumbre de que los presupuestos públicos se conviertan en presupuestos de campaña electoral.
- La educación es un asunto nacional, no autonómico. Así de sencillo.
- Es necesario un pacto de los dos grandes partidos políticos para esta gran tarea. Así de claro.
- Hay que reestructurar racionalmente la Escuela Primaria para que cumpla eficazmente su tarea.
- Hay que tener en cuenta la diversificación del alumnado en todos los aspectos. A partir de los quince años, los jóvenes deben tener dos opciones: un Bachillerato que les prepare para la Universidad, y una Formación Profesional en conexión con las necesidades reales de la sociedad.
Ante la crisis
Personajes de la Economía de la Política y los Medios de Comunicación hablan continuamente de la crisis, manejando con increíble soltura miles de millones de euros que van de un sitio a otro sin saber bien para qué.
Sólo se habla de dinero de la deuda soberana de facturas impagadas. De recortes económicos… y nadie menciona valores intangibles como la confianza, la verdad. La autoridad y la valentía para tomar decisiones.
No pertenezco a ningún partido político, soy antidogmático y reflexivo y valoro lo que considero acertado lo diga quien lo diga: creo sinceramente que este gobierno da más confianza que el anterior, dice la verdad que el anterior disfrazaba y tiene el valor de tomar decisiones duras.
Deberíamos colaborar todos en esta tarea difícil y necesaria y no gastar tiempo y energía en protestar, aunque tengan fundamento.
Mariano Palancar Penella. Ingeniero de Caminos