¿Puede el crowdlending ayudar al problema de vivienda en Andalucía?
¿Puede el crowdlending ayudar al problema de vivienda en Andalucía?
En Andalucía se está viviendo un momento complicado en lo que respecta a la vivienda. La oferta de inmuebles en venta se ha reducido a la mitad en solo tres años: mientras solo un 3 % de los andaluces pone su casa a la venta, un 13 % busca comprar una. Además, el alquiler tampoco da tregua. Acceder a una vivienda de tamaño medio en ciudades como Málaga supone ya un reto económico importante para muchas familias y una habitación para estudiantes ya supera en muchos casos los 500 euros al mes.
Según datos recientes, harían falta más de 50.500 viviendas al año solo en Andalucía para equilibrar oferta y demanda. En un escenario así, cualquier apoyo financiero extra no solo es bienvenido, sino necesario. Por eso, además de las medidas públicas, que son imprescindibles, está creciendo una solución desde el sector privado: el crowdlending inmobiliario.
Este modelo de financiación participativa permite que muchas personas, con pequeñas aportaciones, financien proyectos de vivienda. Así, se moviliza capital local para ponerlo al servicio de uno de los grandes problemas sociales que tenemos, especialmente en municipios que muchas veces están fuera del radar de la banca tradicional.
¿Cómo está funcionando el crowdlending en Andalucía?
En Málaga y la Costa del Sol, por ejemplo, plataformas como Civislend han canalizado ya cerca de 29 millones de euros para financiar 18 proyectos inmobiliarios. Tres de ellos ya han sido reembolsados con éxito y el resto continúa en marcha. Lo más interesante es que estos proyectos se han financiado gracias a la participación de una media de 621 inversores por operación, lo que da una idea del potencial del modelo para movilizar capital local.
A cambio, quienes participan obtienen una rentabilidad anual media del 10,6 % y una rentabilidad total cercana al 14 % en un plazo medio de 15 meses. Cifras que, sin ser el único atractivo, ayudan a consolidar este modelo como una alternativa seria para el pequeño inversor, mientras se genera un impacto tangible en el mercado.
Una de las grandes fortalezas del crowdlending inmobiliario es su accesibilidad: con aportaciones mínimas desde 250 euros, cualquier persona puede participar en la financiación de proyectos residenciales. Esto permite movilizar pequeños ahorros para apoyar la creación de nuevas viviendas, justo en un momento en el que la demanda supera ampliamente la oferta. Además, muchos ahorradores empiezan a ver en este modelo una vía para generar riqueza a largo plazo, incluso intergeneracional, al tiempo que contribuyen a aliviar la falta de vivienda.
En momentos donde la demanda supera con creces la oferta, este tipo de financiación aporta agilidad y flexibilidad frente a la banca tradicional, que muchas veces pone trabas o exige largos procesos. Además, permite descentralizar la financiación y que lleguen recursos a proyectos en zonas menos atendidas, contribuyendo a impulsar nuevas promociones allí donde más se necesitan.
Por supuesto, no hay que olvidar que toda inversión conlleva riesgos. Por eso, es fundamental contar con plataformas reguladas en la selección de proyectos. Y también hay que entender que el crowdlending no sustituye a la vivienda pública ni a los esfuerzos de la administración, que sigue siendo clave. Pero sí puede complementarlos, y hacerlo de forma rápida, escalable y eficiente.
Fdo:
Íñigo Torroba. CEO de Civislend
