“Estoy convencido de que vamos a conseguir nuestros objetivos. Al fracaso no nos apuntamos”

Rafael Sánchez Alcalá

Presidente de FADECO Contratistas

El nuevo presidente de FADECO Contratistas, elegido para el cargo en la Asamblea que celebró la Federación el pasado 30 de mayo, posee una gran experiencia profesional en el sector de la construcción. Actualmente dirige su propio grupo de empresas dedicadas principalmente a la construcción de obras públicas y privadas y al desarrollo de proyectos de diferentes campos de la ingeniería, tanto en el plano nacional como internacional.

Rafael Sánchez Alcalá viene participando desde hace varios años de forma intensa en las organizaciones empresariales, siendo actualmente presidente de la Asociación de Empresarios de Morón de la Frontera, de la que fue fundador en 1996, vocal de la Junta Directiva de Gaesco, miembro del Comité Ejecutivo de la CES y de la Junta Directiva de CEA. Ha sido merecedor de numerosos premios y distinciones de Administraciones Públicas y entidades privadas de gran prestigio, en reconocimiento a su profesionalidad y buen hacer en todos los proyectos que ha desarrollado.

De talante positivo y conciliador, asegura que hasta la fecha sólo se ha llevado alegrías por parte de todo el equipo de la agrupación, y está convencido de que con unidad se conseguirán superar las dificultades que aparezcan en “el camino de normalidad emprendido”.

¿Qué ha representado para usted la elección como presidente de Fadeco Contratistas?

Desde la humildad, representa una oportunidad para prestar una serie de servicios a nuestro colectivo, en compañía de un grupo de compañeros del sector, todos los cuales tenemos una idea clara de lo que queremos para Fadeco, que sea una asociación de representación de nuestro sector a todos los niveles. Para ello, nos hemos marcado varios objetivos, entre ellos la unidad de las ocho provincias, la viabilidad económica de las estructuras de Fadeco y prestigiar la actividad de construcción.

Además, entendemos como prioritaria la cuestión de la formación. La construcción necesita de personas preparadas en las labores del trabajo especializado que requieren nuestras empresas, por eso queremos, en unión con entidades privadas e instituciones, elaborar a través de la formación profesional dual una plataforma de formación. Pretendemos que los jóvenes de nuestro país perciban el nuestro como un sector de prestigio y crean en el mismo como una oportunidad para su futuro, tanto para formarse como para conseguir un puesto de trabajo.

Asimismo, es significativo señalar que contamos con un convenio importante en todas las provincias, y sobre todo que la construcción de hoy y la de un futuro próximo precisan de personas con un nivel de especialización alto, que actualmente escasean.

¿Le ayuda en el desempeño de sus funciones el ser empresario del sector?

En efecto, soy promotor y constructor, aunque más constructor que promotor. Me gustaría señalar que, además, soy presidente de una sociedad empresarial multisectorial de Morón de la Frontera, porque entiendo que es una forma de colaborar con la sociedad, devolviéndole parte de lo que te da.

De regreso a su pregunta, tiempo atrás, cuando me llamaron para incorporarme al Comité Ejecutivo de la Confederación de Empresarios de Sevilla, el grupo de nueve personas que lo componíamos teníamos en común una serie de ideas sobre las asociaciones empresariales y el nuevo momento que se presentaba ante nosotros. O te transformas, te reciclas y te adaptas a los nuevos tiempos, o desapareces. Una de las claves que entendíamos necesaria era que las organizaciones empresariales estuviesen presididas por empresarios, apoyados en un equipo técnico de grandes profesionales.

Todas las organizaciones tenemos equipos de primer nivel, pero para que funcionen correctamente estamos convencidos de que tienen que ser empresarios los que estén al frente. Tenemos que ofrecernos y participar, compatibilizar nuestro trabajo con estas funciones de forma totalmente altruista, porque no queremos que haya una asignación económica y así se concibe en los principios que entendemos deben regir estas organizaciones.

¿Qué relación mantienen Fadeco Contratistas y Fadeco Promotores?

Estamos trabajando en equipo, haciendo una tarea conjunta también con los equipos que forman las asociaciones provinciales; es necesario que las relaciones sean de unidad, de colaboración. Somos dos organizaciones que tenemos que ir de la mano, optimizando recursos de unos y otros en la medida de lo posible para abaratar las estructuras y dar viabilidad al proyecto, que es un proyecto común.

¿Prevé cambios en las estructuras de la organización o en algún otro aspecto?

La estructura actual es válida y por lo tanto debe seguir funcionando así, sólo hay que limar pequeñas cosas. Algo que sí queremos hacer es potenciar la representación que tenemos a nivel nacional y regional, reforzando al propio tiempo nuestro papel en algunas de las instituciones a las que pertenecemos como la Fundación Laboral de la Construcción o la Confederación Nacional de la Construcción (CNC). Con estas organizaciones la colaboración y el apoyo es total a día de hoy, pero creo que aún podemos perfilar un poco más estas relaciones en beneficio de Fadeco.

Tras estos primeros meses en el puesto, ¿cómo calificaría las relaciones con la Administración?

Hasta el día de hoy las reuniones mantenidas, de puesta al día, han sido fluidas y percibimos apoyo al sector. Pero como empresarios somos muy prácticos y lo que queremos es que lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace coincidan, que actuemos con coherencia en todos los escalones, Administración, entidades privadas y Fadeco.

¿Y las relaciones con los sindicatos?

Esta relación la ejercemos principalmente a través de la Fundación Laboral de la Construcción, donde Fadeco tiene la presidencia y los secretarios generales de los dos principales sindicatos de Andalucía de nuestro sector, Manuel Jiménez y José Miguel Sánchez, de UGT y CCOO, tienen las vicepresidencias.

Tenemos muchísimos puntos en común, uno de ellos la formación y otro fundamental, la seguridad y la prevención en nuestro sector, porque desarrollamos una actividad con un riesgo importante. En estos puntos vamos los tres de la mano y creo que el profundo conocimiento que los sindicatos tienen de nuestro sector conduce a que en las negociaciones del convenio sean conscientes de las necesidades existentes y de las características y cuestiones económicas que afectan de alguna manera al sector. Saben los límites a la hora de negociar el convenio. Creo en definitiva que la Fundación es un ejemplo, una muestra de dónde se encuentra la paz social de nuestro sector.

En relación con la formación, recientemente he planteado un tema que antes he mencionado y que puede ser muy significativo, con el que están de acuerdo todos en la Fundación. Consiste en la creación de una plataforma de encuentro entre sindicatos y empresarios, para propiciar que las empresas aprovechen la formación bonificada, una formación que permite que los empleados mejoren sus competencias y que se sufraga con un porcentaje de la base de cotización de los trabajadores. Hay empresas que lo desconocen y por eso tenemos acercarles la información, a través tanto de la Fundación, que acaba de cumplir 25 años, como de SPM, el Servicio de Prevención Mancomunado de la Construcción en Andalucía, constituido por Fadeco Contratistas en 2003.

¿Ha recuperado el sector el prestigio perdido durante la crisis?

En realidad, no creo que la crisis haya desprestigiado al sector constructor, lo que ocurre es que a la opinión pública no se le ha trasladado el mensaje con la exactitud que debiera. Es necesario diferenciar entre el sector de la promoción y el de la construcción. Cuando hablamos del ladrillo no diferenciamos entre el promotor y el constructor. Como presidente de Fadeco Contratistas tengo que hablar sólo de la actividad constructora, y el constructor realmente no llega a beneficiarse de la plusvalía que puede generar una promoción, una plusvalía que es en primer lugar para quien vende el terreno, que no es ni el promotor ni el constructor. Posteriormente está el promotor, una empresa que arriesga su patrimonio, su estructura, para llevar a cabo un negocio digno, y por último está el constructor, que no participa en absoluto de esa plusvalía.

Por lo general, el constructor firma un contrato a precio cerrado sobre una promoción y durante el periodo de ejecución del proyecto, que ronda los 18 meses de media, pueden suceder un montón de cosas, muchas de las cuales las asume el constructor, condicionamientos como subidas de los precios de los materiales o subidas de sueldos que tiene que asumir y que están llevando a algunas empresas a situaciones muy, muy delicadas. Aunque suba el precio de la vivienda, el constructor no se va a beneficiar.

Creo además que lo que realmente causó la mala imagen fue la entrada de muchos intrusos, algunos de los cuales no fueron todo lo legales que deberían haber sido, y esto devino en un desprestigio, por eso entre nuestros objetivos he hablado de prestigiar al constructor, pero al de verdad, al constructor con mayúsculas.

Ahora mismo es el ámbito privado, y más concretamente la edificación residencial, quien está sosteniendo en mayor medida la actividad de construcción. ¿Considera que hay aún mucho recorrido en este segmento?

Por las conversaciones que mantengo con compañeros de las distintas provincias, realmente la crisis no está superada en nuestro sector, ni siquiera en el inmobiliario privado, aunque sí es verdad que es el único que presenta cierto movimiento. Pero sucede que está muy absorbido por los fondos de inversión, que controlan casi todas las grandes o medianas promociones. Hay alguna que otra promotora privada, sobre todo en Sevilla y Málaga, que están teniendo actividad, pero no podemos hablar de una explosión de la actividad promotora.

Las actividades que sí están aportando más dinamismo son la rehabilitación y la restauración de los cascos históricos. Cuando hay más alegría en el consumo queremos arreglar nuestras viviendas, restaurar edificios, sin olvidar ciertas obras para habilitar edificios como apartamentos turísticos, y algún centro comercial como Palmas Altas (Lagoh) u otro que se va a construir en Torremolinos, pero al fin y al cabo son sólo dos proyectos localizados en las dos provincias que están tirando, Sevilla y Málaga.

¿Qué más se puede hacer para incrementar la actividad?

La Administración puede colaborar acercando su velocidad media a la velocidad media del sector privado, lo que llevaría a reducir trabas, plazos y actitudes irresponsables en las instituciones que producen retrasos en la concesión de licencias y permisos para que las empresas promotoras puedan llevar a cabo su actividad y, como consecuencia, crear empleo.

La pregunta que deberíamos hacernos es, ¿saben las personas que administran las instituciones públicas cuánto paro se eliminaría en 24 horas si se agilizara la concesión de licencias en todas las provincias? Úbeda y Jaén son dos ejemplos de que se puede dar en 30 días una licencia en el casco histórico.

Me gustaría que todos los políticos, los responsables de las Administraciones Públicas que tienen relación con nuestro sector, sobre todo con el de la promoción, que lo mediten, porque creo que es una irresponsabilidad que sigamos diciendo esto va bien y funcionando, cuando la realidad es bien distinta. Hay que plantearse una serie de objetivos, una planificación y madurar muy bien la toma de decisiones que afectan a mucha gente, sobre todo a los que más lo necesitan.

¿Qué papel vienen jugando en estos últimos años la rehabilitación y la adaptación de las edificaciones a la normativa existente en materia de eficiencia energética?

El Código Técnico marca una serie de actuaciones que tenemos que acometer en la obra nueva y en las rehabilitaciones tendentes a la eficiencia energética, y además creo que hay conciencia tanto entre los propietarios como entre los arquitectos, aparejadores, la Administración, etc. Más allá de que lo imponga Europa, nuestro CTE recoge todo lo que tenemos que hacer.

España está en el buen camino. En Fadeco recientemente organizamos una jornada del FORAE sobre este tema, y llegamos a la conclusión de que tenemos que trabajar por dar a conocer a los empresarios todo lo que se puede hacer en nuestro sector relacionado con la eficiencia energética. Para eso tenemos que poner nombres y apellidos a las herramientas y soluciones, tenemos que poner precios, tanto si hablamos de materiales como de aislamientos, climatización, etc. Cuando profundizas te sorprende la oferta existente, porque los fabricantes tienen mucha I+D+i que nosotros, van por delante, algunos son grandes empresas multinacionales que traen estudios realizados en otros países de los que podemos beneficiarnos. Muchas veces no implementamos determinadas medidas o técnicas por desconocimiento, o porque pensamos que los costes son muy elevados. Pero creo que conciencia hay y que la sociedad está mentalizada, lo que tenemos que buscar es la forma de compatibilizarlo con el precio, que sea compatible con una promoción de unas determinadas características.  

Se puede avanzar entonces mucho en materia de innovación en la construcción andaluza…

Como he comentado, creo que lo que falta es conocimiento de los avances existentes, que además evolucionan a gran velocidad. Hoy hay unas soluciones en climatización, en electrónica o en aislamiento, pero dentro de 30 días habrá otras y así continuamente. Por eso pienso que lo que falta es información de lo que hay y sus costes, para que el empresario pueda comparar con lo tradicional o con lo que pensaba hacer. Si le damos esa información avalada con proyectos reales, con unas actuaciones reales y su valoración real, las novedades existentes pueden interesarle. Vamos a intentar transmitir esa información al empresario de forma escueta, técnica y profesional, para que pueda decidir conociendo lo que el mercado puede ofrecerle. Hace falta que nuestro sector entre en esta nueva etapa. La sostenibilidad del planeta depende de muchas actividades y una de las más importantes es la nuestra.

¿Cómo calificaría el esfuerzo inversor en obra pública en Andalucía por parte de las distintas Administraciones en los últimos años?

Escaso o casi nulo. Como dicen compañeros de las organizaciones provinciales, obra no hay. Lo dicen continuamente. Para ofrecérselo a la Administración, actualmente estamos elaborando un documento único relativo a las ocho provincias que recoja las infraestructuras prioritarias en cada una, y que además va a estar avalado por CEA, pues así nos lo han hecho saber su presidente y su secretario general.

Es importante ponernos todos de acuerdo y defender un objetivo común. Por ejemplo, Jaén tiene un importe de 77 euros por habitante en infraestructuras, Sevilla en torno a 130-140, mientras por ejemplo País vasco tiene 700. Tiene que haber más solidaridad y un reparto más equitativo tanto dentro de Andalucía como de España.

Vamos a defender lo que nos parece justo, creando un orden de prioridades. Todas las provinciales están de acuerdo y así nos lo han manifestado, porque además no pedimos nada extraño, sólo cosas normales; no vamos a pelear por la Luna si no la vamos a tener, vamos a pelear porque haya una inversión apropiada en el mantenimiento de nuestras carreteras. Si circulas por Andalucía ves que las carreteras secundarias y las señalizaciones no están en buen estado, y una mala carretera o una mala señalización son vidas de personas que se arriesgan. Vamos a ser serios y a intentar marcar objetivos.

Desde Fadeco, con el respaldo de CEA, nos hemos ofrecido como organización para apoyar al Gobierno autonómico en la petición de infraestructuras que se haga en Madrid, independientemente del color de quien gobierne en uno y otro sitio.

Está consiguiendo una gran unidad para avanzar en todos estos proyectos…

Si he aceptado el cargo es para tirar hacia adelante y avanzar, y para hacerlo es necesario que haya unidad. Hasta ahora sólo me he llevado alegrías de todo el equipo de la Federación. Todas las personas han aceptado el mensaje, han visto los objetivos y se han subido al carro. Vamos a pelear todo lo que podamos, superando las dificultades que aparezcan en el camino de normalidad que hemos emprendido. Habrá que ir donde haga falta y dialogar mucho, pero estoy convencido de que vamos a conseguir nuestros objetivos. Al fracaso no nos apuntamos.

¿Qué proyectos (en marcha o pendientes) destacaría como prioritarios a día de hoy para la cohesión o vertebración territorial de Andalucía?

Realmente hay muchos en todas las provincias y por todos hay que pelear, vamos a estar en todos los frentes como el Corredor Mediterráneo, la Transversal del Ferrocarril, el AVE a Granada, el ferrocarril en Jaén, si no de alta de media velocidad, la conexión con el Puerto de Algeciras y un largo etcétera. Como le digo, estamos confeccionando un documento con un orden de prioridades que esperamos tener pronto, donde estarán incluidas obras imprescindibles en las ocho provincias.

Tras la desaparición de muchas pequeñas y medianas empresas del sector, ¿se están creando nuevas constructoras coincidiendo con la recuperación de la economía?

Se están constituyendo pequeñas empresas de construcción, algunas de autónomos, en ocasiones especializadas por ejemplo en pintura, carpintería, cartón-yeso…, porque hay una serie de actividades que hoy demandan mayor presencia de empresas y por eso se están creando. Por provincias está destacando especialmente Málaga.

¿Qué les pediría a los empresarios andaluces de la construcción?  

El nuestro es un sector acostumbrado a las dificultades, y creo que la prudencia de alguna manera nos ayuda a los empresarios a ir tomando decisiones lo más adecuadas posibles para dañar lo menos posible a nuestras empresas. Por eso lo que pediría es prudencia ante la nueva situación y ante las incertidumbres que afrontamos, fundamental en la toma de las decisiones adecuadas.

Para concluir, además de todo lo que le ha comentado, ¿qué más le pediría a la Administración en su carta a los Reyes Magos?

A los Reyes Magos de la Administración les pediría dos juguetes. Uno, el que llevamos tanto tiempo pidiendo las organizaciones empresariales, que de una vez sean responsables y analicen la repercusión que tienen en nuestra sociedad las miles de leyes anuales nuevas que se aprueban, las trabas constantes, la lentitud y la irresponsabilidad de algunas personas que no colaboran en absoluto en el desarrollo de nuestra sociedad. Es fácil llenarse la boca con palabras como progreso o creación de empleo, cuando luego se van colocando palos a las ruedas. La rueda podría estar rodando perfectamente, pero con esos obstáculos no lo hace ni en la línea ni al ritmo que debería, y eso causa mucho daño. Que piensen lo suficiente en ello.

El segundo juguete que solicitaría es el mantenimiento de las infraestructuras de nuestra comunidad, que lo necesitan de manera urgente, y las obras importantes que están paradas que las pongan en marcha, y las que están ralentizadas que se les dé la potencia para que alcancen la velocidad adecuada.

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