La rehabilitación de viviendas en Andalucía: una respuesta urgente ante el impacto del cambio climático en los hogares

Los episodios de fenómenos meteorológicos extremos en todo el planeta han puesto en evidencia la vulnerabilidad de diversas regiones ante los efectos del cambio climático. Las lluvias intensas, las olas de calor y otros eventos climáticos severos, que antes eran esporádicos, están convirtiéndose en una constante cada vez más preocupante. Y en esas ocasiones donde la naturaleza impone su fuerza, sentimos que algo nos remueve porque hacen más real cómo el cambio climático y las condiciones adversas impactan en nuestras viviendas e infraestructuras y nos hace plantearnos cómo de preparados estamos ante estos cambios.

Dada su ubicación geográfica, España es uno de los países europeos más expuestos a las consecuencias del cambio climático, lo que implica que debe prepararse para enfrentar episodios de temperaturas extremas, lluvias intensas y largos periodos de sequía, entre otros desafíos. En regiones como Andalucía, por ejemplo, una de las consecuencias más visibles de esta realidad es el aumento de las temperaturas a lo largo del año, afectando tanto la salud como el confort de sus habitantes. Este problema se agrava con el envejecido parque de viviendas, ya que muchos inmuebles carecen de sistemas de aislamiento y los niveles de eficiencia energética necesarios para proteger a sus ocupantes del calor o el frío extremos en temporadas adversas.

Actualmente, un tercio de las viviendas andaluzas supera los 40 años y fueron construidas antes de la existencia de normativas de eficiencia. Otro 31% tiene entre 20 y 40 años, mientras que solo el 36% fue construido en los últimos 20 años, con algunos estándares de eficiencia. Este contexto subraya la urgencia de mejorar las viviendas en toda España, especialmente ahora que la Unión Europea ha aprobado la Directiva de Eficiencia Energética en los Edificios.

En el caso de España, esta normativa requerirá la mejora progresiva del parque inmobiliario existente, así como el cumplimiento de estándares de eficiencia energética en todos los edificios nuevos o rehabilitados. La directiva, que deberá trasponerse a la legislación española en un plazo máximo de dos años tras su aprobación, es un incentivo adicional para acelerar la rehabilitación de las viviendas en todo el país.

Ante este escenario, la rehabilitación del parque residencial es una necesidad urgente para garantizar el bienestar y la seguridad de la población. Desde el sector financiero, se están ofreciendo líneas de financiación y préstamos para facilitar a los ciudadanos la mejora de sus viviendas, tanto a nivel particular como en las comunidades de propietarios, teniendo en cuenta que el 65% de los españoles reside en pisos, el segundo mayor porcentaje de la zona euro. Estas actuaciones incluyen la mejora del aislamiento energético y la instalación de sistemas más eficientes que reducen la pérdida de energía y, en consecuencia, el gasto doméstico.

Además, existen ayudas e incentivos de la administración pública, como las subvenciones de la Junta de Andalucía, que permiten a las comunidades de propietarios cubrir hasta un 40% de los costes de rehabilitación. A esto se suma el Plan Eco Vivienda de Andalucía, con líneas destinadas a la rehabilitación de edificios o la mejora de la eficiencia energética en viviendas, con cuantías que varían en función del ahorro energético alcanzado.

En definitiva, la rehabilitación de viviendas es una medida clave, no solo en cumplimiento de los compromisos medioambientales de España con Europa, sino también como una herramienta urgente para mitigar los efectos del cambio climático en la vida de los ciudadanos. Los incentivos públicos y las soluciones financieras ofrecen una oportunidad para que los ciudadanos acometan mejoras significativas en sus viviendas, promoviendo el confort, la seguridad y la sostenibilidad frente a un clima en constante transformación.

Laura Visier, directora de Rehabilitación en UCI