La salud del sector inmobiliario en Andalucía

Rosa Hafner
Directora-Editora de Andalucía Inmobiliaria
Acabamos 2024 y el sector inmobiliario andaluz, tras constantes transformaciones, se encuentra en un momento de relativa estabilidad, frente a nuevos retos que podrían marcar su futuro inmediato. En estos veinticinco años, hemos sido testigos de grandes altibajos, de una expansión espectacular en ciertos periodos y de crisis que obligaron a repensar modelos de negocio y estrategias de inversión. Hoy, el sector muestra señales claras de recuperación, especialmente en los ámbitos residencial y hotelero. Andalucía sigue siendo un lugar privilegiado para la inversión en viviendas, tanto para compradores nacionales como internacionales. Sevilla, Málaga o Granada, se mantienen como focos de interés, los precios han experimentado un leve repunte, aunque, a diferencia de otras regiones de España, los aumentos no han sido tan pronunciados, lo que sigue haciendo a Andalucía una opción atractiva para aquellos que buscan algo más asequible en comparación con otros mercados más saturados. El sector hotelero, continúa siendo una de las principales palancas de la economía andaluza, la recuperación del turismo ha devuelto la confianza a los inversores, que ven en la provincia de Málaga o en la ciudad de Sevilla un potencial sin explotar, con un crecimiento sostenido en el número de visitantes y en la diversificación de la oferta turística. No obstante, los retos para el sector hotelero andaluz no son menores. La sostenibilidad se ha convertido en una exigencia irrenunciable. Las políticas europeas y locales cada vez son más estrictas en cuanto a las normativas medioambientales, lo que obliga a los operadores turísticos a adaptarse a un nuevo marco regulador más exigente.
MIRANDO AL FUTURO: NECESIDAD DE REFORMAS
Las dificultades para conseguir licencias, los plazos interminables y las normativas contradictorias entre diferentes niveles de administración generan un ambiente de incertidumbre que hace más difícil cualquier proyecto, tanto en el ámbito residencial como hotelero. La falta de coordinación entre los ayuntamientos y las comunidades autónomas, unida a una sobrecarga administrativa, retrasa la ejecución de los planes urbanísticos y aumenta los costes para los inversores. Si Andalucía desea seguir siendo un referente en el ámbito inmobiliario y turístico, es imprescindible una revisión profunda de las políticas públicas que afectan a la vivienda y al desarrollo urbano. La mejora de la tramitación burocrática debería ser una prioridad para la administración regional, así como la digitalización de los procesos, la simplificación de los procedimientos y la coordinación entre las distintas instituciones son pasos clave para eliminar barreras innecesarias que obstaculizan el crecimiento del sector.
El sector inmobiliario en Andalucía tiene un gran potencial por delante, pero es necesario que los esfuerzos públicos y privados vayan de la mano para superar las trabas burocráticas y estructurales que siguen limitando su capacidad de crecimiento. En estos veinticinco años, hemos avanzado mucho, pero el camino hacia una mayor accesibilidad, sostenibilidad y eficiencia en la construcción de viviendas y en la inversión hotelera aún tiene muchos desafíos por superar. Si se toman las decisiones correctas, Andalucía podría ser un referente no solo en términos de cantidad de proyectos, sino también en la calidad y sostenibilidad de los mismos, garantizando que todos los ciudadanos tengan acceso a un hogar y que el sector turístico siga siendo motor de empleo y desarrollo para la región.
Es hora de que las políticas públicas se alineen con las necesidades reales del mercado y permitan que el sector inmobiliario andaluz siga evolucionando con la agilidad, eficiencia y sostenibilidad que exige el siglo XXI.