Bienvenguts a Andalucya
Mikel Echavarren
En la vida todos cometemos errores. Últimamente, uno de los más importantes es el haber elegido mal dónde nacer. Aunque el lugar del nacimiento determina, en demasiadas ocasiones, las posibilidades de desarrollo personal y profesional, hoy más que nunca en España es clave para gozar de mejores o peores servicios, un mayor presupuesto per cápita en infraestructuras básicas, como la educación o la sanidad, y también para tener una mayor probabilidad de que te toque el gordo de la condonación de la deuda de tu región.
Ante estas circunstancias, podemos comportarnos como personas razonables y sensatas o revelarnos contra lo que podría parecer una injusticia. Allá el carácter de cada uno, aunque recomiendo ser pragmático.
En este sentido, creo que para Andalucía se abre un camino de grandes oportunidades para en lugar de rebelarse y protestar contra algunos agravios aprovechar la ocasión para adoptar estrategias más positivas.
Entre estas estrategias me atrevo a destacar realizar un análisis constructivo y profundo de la historia de Andalucía para tratar de redescubrir a personajes relevantes en la reconquista de su territorio que tuvieran nexos con Cataluña.
¿Por qué los países catalanes deberían terminar en la frontera con Murcia? Con total probabilidad importantes nobles catalanes participaron en la batalla de las Navas de Tolosa, en la reconquista de Sevilla y en la toma de Granada. Y si no se encuentran probablemente sea por la tergiversación del relato de la historia realizada por aviesos escritores castellanos que, como todos sabemos, falsearon la historia de nuestro territorio.
¿ Cómo si no Torremolins, Boyuyos del Comtat o Xères de la Frontera perdieron sus denominaciones originales?
Reivindicando la pertenencia de Andalucía a Cataluña se conseguirían ventajas impensables para sus ciudadanos. Podría solicitarse la amnistía para los pozos ilegales del entorno del parque de Doñana, el archivo de los juicios de los EREs y de algunos escándalos urbanísticos en la Costa del Sol, la condonación parcial de la deuda y un puesto preeminente en la política nacional, incluyendo un relator en Gibraltar, para el correcto seguimiento de los pactos cerrados con el gobierno del Estado.
Aunque hubiera que hacer algunas modificaciones en aspectos accesorios de la cultura andaluza, como la tauromaquia o el Rocío, la pertenencia a un territorio privilegiado como Cataluña solo tendría ventajas para todos los andaluces.
Qué importa la rotulación de todos sus establecimientos en catalán, qué puede molestar que todos los andaluces aprendan catalán en la escuela, incluso el cambiar de fiestas regionales y de símbolos, frente a las innegables ventajas económicas, presupuestarias, de libertades y de auparse a un futuro glorioso.
Cataluña empieza en Despeñaperros y linda con Gibraltar, un pueblo hermano unido a nuestra historia por los agravios recibidos del Reino de España.
Todo son ventajas, no lo dudemos. Andalucía siempre fue parte integrante de Cataluña. Y quien no lo crea es que no sabe de historia. Por eso Colón, que nació en Mataró o alrededores, salió de nuestros puertos. Cervantes, natural de Manresa, desarrolló su obra literaria en Sevilla, capital de nuestra Cataluña del Sur.
Avancemos pues unidos, liberándonos de rencores y galopando en el claro caballo ganador de la actualidad española.
Bienvenguts a Andalucya.