«La arquitectura es el equilibrio entre la necesidad y el deseo»

Juan Manuel Rojas Fernández

Arquitecto. Fundador del Estudio Arquitectos Hombre de Piedra

Juan Manuel Rojas es Arquitecto con Doctorado Internacional y Máster Oficial en Innovación en Arquitectura, Tecnología y Diseño por la Universidad de Sevilla. Fundó el estudio Arquitectos Hombre de Piedra (por la calle donde se encontraba el estudio) en Sevilla, donde lleva a cabo trabajos en los que el diseño, la energía, la tecnología y la sostenibilidad están muy presentes como materia de proyecto. Ha realizado proyectos para la Junta de Andalucía, Puerto de Sevilla y EPSA, así como edificios residenciales, hoteleros y terciarios para promotores privados.


Participa en actividades investigadoras y relacionadas con la docencia, donde la integración entre arquitectura e ingeniería está muy presente. Ha realizado estancia de investigación en la Universidad de Kent (Reino Unido) y presentaciones, ponencias y charlas en diversos foros en universidades españolas y extranjeras, así como en numerosos congresos, también nacionales e internacionales.
Sus investigaciones han sido base de los proyectos de investigación en los que toma parte. Especialmente destaca su participación en el Proyecto PATIO (Proyectar Arquitectura de Transición desde una Investigación Objetiva), Proyecto de Excelencia Investigadora de la Junta de Andalucía, así como en un proyecto del Plan Nacional de I+D. En dichos proyectos participa el grupo Modelado Matemático y Simulación de Sistemas Medioambientales de la Facultad de Matemáticas de la Universidad de Sevilla dirigido por Tomás Chacón (director del IMUS) y el grupo Termotecnia de la Escuela Superior de Ingenieros de Sevilla dirigido por Servando Álvarez (desarrollador del LIDER-CALENER).

Sus edificios han sido publicados en prestigiosas revistas de arquitectura nacionales e internacionales como Arquitectura Viva (España), On Diseño (España), Interior Design (EEUU), Le Moniteur (Francia). Domus (Italia) o Frame (Holanda).

 

¿Qué representa para usted la arquitectura?

Cuando te despiertas por la mañana en tu habitación, desayunas en tu espacio favorito de la casa, coges el coche o paseas hacia tu lugar de trabajo, realizas tus tareas en la oficina, en la escuela o en la universidad, cuando disfrutas de tu ciudad los fines de semana… No solemos ser del todo conscientes de ello, pero la mayoría de las personas pasamos casi la totalidad de nuestro tiempo en espacios que han sido diseñados por arquitectos. La arquitectura es la forma natural que tienen los seres humanos de relacionarse con el medio.

Es una industria que debe ser sostenible en muchos aspectos empezando por el económico. Precisamente para ello, debe ser capaz de tener siempre presente su objetivo principal, humanizar el entorno para crear un mundo adaptado a las necesidades, ideas y sueños de las personas de hoy y de mañana. Aunque hay muchos condicionantes en juego, la creación de este mundo no es automática. Las preguntas son: ¿Cuál de las infinitas posibilidades debe materializarse? ¿Cómo debe ser ese mundo? Y más importante: ¿Por qué? Cuando nos enfrentamos al papel en blanco y se abre este universo excitante de posibilidades, en Hombre de Piedra (junto a mi socia Laura Domínguez) procuramos abordarlo con ilusión y responsabilidad pues nuestra visión pondrá en movimiento grandes cantidades de recursos económicos, materiales y energéticos que condicionarán la vida de muchas personas. Un arquitecto debe tener el optimismo necesario para creer que se pueden y se deben hacer las cosas mejor. Pensar que podemos crear lugares mejores gracias a la racionalidad, la tecnología y la imaginación es lo que nos impulsa. ¿Puede haber algo más estimulante?

 

¿Ha evolucionado mucho la arquitectura para adaptarse al mundo actual? ¿Qué diferencias destacaría usted entre la arquitectura que hoy se realiza en Andalucía y la de hace unos años?

Si pensamos en la arquitectura como actividad económica e industrial, el cambio fundamental ha sido la aplicación del Código Técnico de la Edificación (CTE) y las actuales normativas regionales y locales. Las exigencias contempladas en estas normativas han obligado a los proyectos a contener una solvencia técnica muy superior. La responsabilidad real que arquitecto y promotor han contraído con las normativas actuales ha crecido exponencialmente. Y el cliente final lo sabe. Esto ha llevado a que técnica y legalmente, los proyectos de edificios se hayan convertido en piezas clave de una promoción. A esto hay que añadir la exigencia actual de presentar los proyectos como modelos informáticos tridimensionales completos (BIM). Como consecuencia, estas exigencias han obligado a realizar proyectos con una mayor cantidad de cálculos y especificaciones. Los proyectos de ejecución actuales multiplican por 10 o 20 el tamaño documental de los de hace unos años.

 

¿Y se ha incrementado proporcionalmente la calidad constructiva?

Creo que en Andalucía lo estamos consiguiendo. La media de los edificios actuales tiene una calidad constructiva superior a la de los construidos antes de la aplicación del CTE. Claro que esto ha tenido un coste en la industria, pero probablemente menos de lo que se pensaba. Otros factores han sido más determinantes en los cambios de precios.

 

Las nuevas estructuras familiares, ¿están influyendo también en el diseño?

Naturalmente. La sociedad actual es muy diferente a la de hace años. La estructura de las familias ha cambiado, con un menor número de hijos, por ejemplo. Los valores, las costumbres y las prioridades también. Esto ha condicionado mucho el diseño de las viviendas, entre otras cuestiones. En los años 70 y 80 era muy habitual la vivienda de clase media con un estrecho pasillo al que daban muchos dormitorios, ala de servicio, etc. Hoy en día es cada vez menos frecuente, especialmente en promociones normales de alto standing. La tendencia es a apreciar más como un lujo la luz, la espacialidad, la eficiencia energética y los detalles de diseño que un número grande de habitaciones pequeñas. Los usuarios actuales, especialmente los “millennials”, suelen tener más cultura visual y entender y valorar más la arquitectura contemporánea. Esto nos da las claves de cómo seguirá evolucionando el mercado en los próximos años.

 

¿Se siguen vuestras recomendaciones y criterios por parte de los promotores de las obras? ¿Pueden aplicar con libertad su creatividad o suelen imponerles muchas limitaciones?

Los arquitectos no somos artistas al estilo de los pintores o los poetas. Nuestro “arte” está siempre al servicio de la sociedad y de la industria en la que trabajamos y estamos orgullosos de ello. No hay nada mejor que sentirse útil. Por supuesto que la creatividad es importantísima, pero siempre la entendemos como un activo más de la promoción que contribuye a su viabilidad y éxito comercial. A igualdad de otras condiciones, la belleza de la arquitectura sigue siendo un buen argumento de ventas.

Una de las claves del éxito de una promoción es el diseño del producto. Nosotros colaboramos de forma determinante en ese diseño, pero no somos ni debemos ser los únicos. Los promotores deben tener claros muchos parámetros de contorno que tienen que ver con el mercado y que deben trasmitirnos. Nosotros nos sentimos seguros y contentos cuando el promotor tiene claras ciertas características del producto (tamaño, tipología, precio…) para que encaje bien en el mercado. Para nosotros eso no resta un ápice de creatividad. Aportamos la arquitectura, el diseño, pero el resultado final, en nuestro caso siempre es consecuencia de un diálogo. Por tanto, puedo decir que sí, que aplicamos con libertad nuestra creatividad a pesar de que necesariamente tenemos que aceptar muchas limitaciones. La arquitectura es el equilibrio entre la necesidad y el deseo.

 

¿En qué medida está apostando la arquitectura en nuestro país y en nuestra comunidad por las nuevas tecnologías y la innovación?

Se suele decir que nuestro sector es una industria que no aporta valor, que no estimula el I+D. Nosotros no estamos en absoluto de acuerdo con esto, al menos en la fase actual.

Los procesos artesanales con mano de obra no cualificada que han caracterizado las construcciones en el pasado están siendo sustituidos por procesos racionalizados e industrializados que exigen alta especialización y generación de I+D. Es una oportunidad real para nuestra industria si los proyectos saben aprovecharlo.

La mayor parte de los materiales con los que diseñamos y construimos se montan en seco (se evitan, yesos, ladrillos, etc.). Se racionaliza el proceso tanto en origen, con materiales más industrializados y tecnológicos (que exigen I+D), como en la puesta en obra final, con procesos más organizados. Los albañiles están siendo sustituidos por montadores especializados. La construcción modular industrializada por la que partes enteras de volumen de obra se construyen en taller en vez de en obra (como hicimos en nuestro proyecto de la Terminal de Cruceros de Sevilla) es un paso más en esta dirección.

 

¿Qué otras ventajas implica la aplicación de la innovación en la construcción?

Para el actual negocio inmobiliario supone resultados más previsibles, más estandarizados, de mayor calidad y menor plazo, lo que redunda en una seguridad económica. Poder entregar una promoción sin sobresaltos, con calidad y en un tiempo limitado y fijo supone ahora algo de gran valor. En los actuales planes de negocio, las fechas de entrega agazapadas en su celda del Excel son la auténtica espada de Damocles. Por tanto, procesos más racionalizados y previsibles como los descritos, cuya clave es un proyecto arquitectónico definido que contemple estos materiales y procesos racionalizados, aseguran mejor la inversión.

 

¿Qué papel juegan los criterios de sostenibilidad en la arquitectura actual en España? ¿Hay una conciencia real entre los promotores que permita aplicar esos criterios?

Ese es un tema que en Hombre de Piedra nos interesa especialmente. Afortunadamente, la sostenibilidad en la edificación ya no es tanto un tema de sensibilidad medioambiental o compromiso social, sino de cumplimiento de la legalidad vigente y de entender que es necesario apostar por la calidad del producto como garantía de éxito en un mercado cada vez más competitivo. Actualmente, en cualquier industria, es impensable un producto de calidad que no contemple los parámetros de sostenibilidad.

Esto lo saben bien los inversores internacionales que exigen parámetros objetivos de sostenibilidad (alta calificación energética según CTE o sellos energéticos como el BREEAM) como garantía de la calidad del producto inmobiliario. En este sentido, la mayoría de los proyectos realizados en los últimos años en nuestro estudio tienen una calificación energética A o poseen el sello BREEAM. Por ejemplo, la Terminal de Cruceros de Sevilla, las viviendas con integración de gasolinera en la avenida Ramón y Cajal y una casa que estamos haciendo en Ávila (por mencionar otro clima) tienen todas una calificación energética A.

 

¿Cuánto encarecen estas medidas la construcción de los edificios?

Antes de contestar diré que los que creen que esto de la sostenibilidad es un cuento chino, sólo verán sobrecostes absurdos en su consecución. Los que tienen esa idea colocarán los forzosos parámetros de sostenibilidad por ley al final del proceso de diseño y obra, como una suma obligada de caros elementos constructivos, cachivaches tecnológicos y certificaciones que consideran dudosas y prescindibles.

Para los que creemos que la sostenibilidad es lo lógico, que ha sido parte de la cultura material de la humanidad, que no sólo beneficiará a nuestros nietos o a las ballenas, sino que puede beneficiar hoy a los usuarios de los edificios y la ciudad mejorando su calidad de vida, pero también al promotor mejorando su cuenta de resultados, las estrategias de sostenibilidad las colocamos al principio del diseño como algo natural de un proceso racional.

Si seguimos estas premisas, la respuesta al coste de la aplicación de criterios de sostenibilidad puede sorprender. Para una determinada calidad de construcción, el coste puede ser cero. Se trata de diseñar correctamente, cumpliendo comprensivamente el CTE y aplicando de manera cuantificable y científica los ancestrales conocimientos de adaptación a cada clima que la tradición nos ofrece. El arma clave que tenemos para la consecución de la sostenibilidad es su propia arquitectura. Dónde y cómo se colocan las ventanas, como inciden las sombras en el edificio, si se pueden diseñar espacios semiexteriores que, como los patios, puedan generar microclimas que mejoren el comportamiento termodinámico del edificio. Por tanto, se trata de usar la propia arquitectura y el entendimiento científico de su diseño. Este fue el centro de mi tesis doctoral y de mi continua investigación en colaboración con la Universidad de Sevilla.

 

¿Le ha ayudado su currículo académico en su carrera profesional?

La actualidad política parece que ha degradado un poco el valor de los currículos. En mi caso puedo asegurar que mi máster y mi doctorado son reales y me ha costado mucho obtenerlos.

El interés principal no es tanto desarrollar investigaciones destinadas permanecer en un cajón y cuyo fin sea engrosar un currículo académico como obtener un conocimiento que nos permita diseñar mejores edificios. Hay en la universidad grupos de investigación excelentes que pueden contribuir a esto y representan un potencial de gran valor para Andalucía. Es verdad que existe un divorcio entre universidad y empresa que no favorece la explotación de esta oportunidad, pero luchamos día a día por superarlo.

Poder diseñar edificios con un conocimiento no aprendido sino desarrollado desde el origen en colaboración con ingenieros y matemáticos, nos ofrece un know-how que aplicamos profesionalmente y representa un elemento diferenciador que da más valor al trabajo.

 

¿Podría comentarnos algo más de esa actividad científica que está desarrollando en colaboración con la Hispalense?

La investigación que realizo se centra en el estudio de la eficiencia energética de los edificios gracias a las propiedades de su forma. El estudio de espacios como los patios en climas cálidos y la cuantificación de su comportamiento termodinámico es una de las claves. Llevamos estudiados y monitorizados más de 20 patios en Andalucía que demuestran la existencia y la magnitud de ese microclima. Es decir, que entre el aire de esos patios y el exterior hay una bajada de temperatura en verano que llega a 8º C.

Cualquier habitante de ciudades mediterráneas sabe esto. Sin embargo, hemos constatado que los programas informáticos oficiales que calculan el balance energético de los edificios y certifican la eficiencia de los mismos (como el LIDER-CALENER de nuestro CTE) no consideran la existencia de esos microclimas, es decir, no consideran las ventajas termodinámicas para el edificio de la existencia de los patios. Por tanto, todo edificio con patio en clima cálido tendrá una certificación de su eficiencia energética peor que la real, lo cual tiene graves consecuencias económicas y sociales especialmente en Andalucía, donde el patio es parte de nuestra cultura.

A través de varios proyectos de investigación financiados, hemos creado un nuevo software capaz de cuantificar este microclima y su temperatura en los edificios en proyecto. Es decir, ahora podemos calcular científicamente y justificar la eficiencia energética de los edificios con patio. El objetivo es ambicioso, cambiar la normativa nacional (el CTE) para que integren esta investigación y sea capaz certificar correctamente los edificios con patio. El software ofrece también una herramienta estupenda al proyectista porque el comportamiento del microclima y la eficiencia del edificio depende mucho de la forma o proporción del patio, es decir, del diseño que haga el arquitecto.

 

Teniendo en cuanta toda la labor que se lleva a cabo para realizar los proyectos de arquitectura, ¿considera justos y equilibrados los honorarios actuales por los servicios profesionales que presta el arquitecto en la promoción inmobiliaria?

Dependerá del trabajo que se haga a cambio. Desde que se liberalizaron los honorarios de los arquitectos, el equilibro lo marca el mercado. Puede que haya desajustes y perjudicados en este proceso y creo que no son siempre los arquitectos.

Como he venido comentando, las nuevas normativas han querido resolver todos los problemas del sector, aumentando hasta límites increíbles la responsabilidad legal del arquitecto y el promotor, lo que ha aumentado de forma exponencial las exigencias sobre los proyectos y las direcciones de obra como forma de garantizar la seguridad jurídica. En teoría los honorarios de los arquitectos deben estar acordes con este mayor trabajo técnico y más alta responsabilidad.

Sin embargo, el reciente mercado libre de honorarios (antes eran honorarios tasados), permite que un trabajo valorado como x por un arquitecto normal A pueda ser ofertado por otro arquitecto B como x/2. Desgraciadamente, en muchos casos lo que ocurre es que el arquitecto B simplemente no ofrece el mismo trabajo que el A.

Es un error entender el proyecto como un coste en vez de como una inversión clave para el negocio. La viabilidad de cualquier industria pasa por el cuidado diseño técnico y estético del producto. Cuando el promotor opta por el arquitecto B, puede estar jugando sin saberlo a una peligrosa ruleta rusa que quizá le salga bien alguna vez, pero es estadísticamente imposible que le salga bien siempre. El dinero que no invierte en un buen proyecto lo invertirá en project managers, o en comerciales que tratan de vender un producto defectuoso incentivados por considerables comisiones, y en última instancia en abogados. No hay que olvidar la primera de todas las reglas del mercado: no hay duros a pesetas.

 

¿Cómo se resuelven los honorarios en otros países de Europa?

La crisis del sector ha producido una diáspora de buenos arquitectos españoles por Europa, y los que han resistido, los que han superado el choque cultural y personal, están ahora en una situación profesional envidiable.

El arquitecto español está muy bien valorado en Europa. Nuestra formación técnica es muy superior a la media europea. Por ejemplo, los arquitectos españoles hacemos y nos responsabilizamos de las estructuras y las instalaciones, algo impensable para arquitectos de otros países cuyo ámbito de conocimiento es sólo espacial y estético. Por otro lado, en Europa el arquitecto es un coordinador de otras especialidades, cada una de las cuales es responsable legal de lo que hace. Por tanto, las responsabilidades en la edificación están mejor repartidas.

A pesar de esta menor exigencia técnica y menor responsabilidad de los arquitectos, en los países avanzados de Europa los honorarios por el proyecto de arquitectura (sin instalaciones ni estructuras) son considerablemente más altos que en España. Están igualmente liberalizados, pero esto ha supuesto que se valore más el trabajo del arquitecto.

 

Centrándonos ya en su actividad particular, ¿cuáles son los proyectos más singulares que ha dirigido y qué destacaría de ellos?

Por ejemplo, el Hotel Ilunion frente al puerto de Málaga, edificio que fue reconocido en los Premios Construmat de Barcelona a la Innovación Tecnológica. Es un edificio de alta eficiencia energética, que consume el 50% menos de energía que los hoteles de similares características de la zona. Sabiendo que el consumo energético supone un 25% de los costes directos de explotación de un hotel de 4 estrellas superior como este, la sostenibilidad de un diseño energéticamente eficiente no es sólo cuestión de imagen. Fue uno de los primeros edificios en España en integrar arquitectónicamente en su fachada una instalación de paneles solares fotovoltaicos como protección solar. Pero lo más interesante es un profundo patio que organiza todo el edificio, con un espectacular microclima como los comentados, del que toma el aire el sistema de climatización. Esto permite usar las propiedades del patio para iluminar y climatizar eficientemente todo el edificio. Sus espacios con iluminación natural y sus espectaculares vistas sobre el Mediterráneo son muy apreciadas por los clientes.

Otro edificio que destacaría es la Terminal de Cruceros del Puerto de Sevilla diseñado por Hombre de Piedra junto a Buró 4. Fue reconocido en los premios de Arquitectura del Colegio de Arquitectos de Sevilla como uno de los edificios más destacados en el periodo 2011-2015. Es un edificio modular construido con contenedores marítimos reciclados, adaptado a nuestro clima y pensado para el paisaje urbano donde se encuentra. Desde fuera no se imagina lo luminoso y espacioso que es por dentro. La terraza sobre el Guadalquivir es espectacular. El edificio se diseñó multifuncional para que la inversión pública fuera más eficiente. No sólo se pensó para la actividad portuaria, sino también como contenedor de actividades lúdico-culturales. Se fabricó modularmente en taller y luego se trasladó, contenedor por contenedor mediante camiones convencionales portacontenedores, al sitio de obra. Su construcción inicial duró 45 días y está diseñado para evolucionar, es decir, para ampliarse y mejorar sus prestaciones a medida que sean necesarias. Ahora tiene el doble tamaño que el inicial siguiendo un plan diseñado y coherente, y ha sido publicado en revistas y libros de arquitectura de todo el mundo.

 

Para concluir, alguna pincelada de los proyectos en los que está inmerso actualmente.

Estamos en un momento efervescente de trabajo, con varios proyectos en diversas fases, supongo que como premio a ser de los estudios que han conseguido superar la crisis con actividad continua.

En la avenida de Ramón y Cajal de Sevilla estamos terminando de construir un edificio que empezamos a diseñar en 2006. Lo proyectamos inicialmente para PRASA como oficinas e integra de forma espectacular una gasolinera. Su construcción se detuvo después de completarse la estructura y la gasolinera. Fue adquirido por AEDAS Homes para la construcción de viviendas y las hemos diseñado junto a los estudios de Álvarez-Sala y Aybar-Mateos. Hemos adaptado la estructura y hemos abierto patios para conseguir aumentar la calidad espacial y medioambiental de unas viviendas muy singulares. La espectacular altura libre, las estructuras originales vistas y la luz dan una gran personalidad a estas viviendas.

También en fase de construcción estamos realizando una promoción de viviendas unifamiliares en Sevilla cerca de la carretera de Málaga (Residencial Villa Augusta) para Gabriel Rojas. Se ha repensado la tipología del adosado para poder dar a los usuarios muchas de las cosas que sueñan cuando compran una casa de estas características y que no suelen tener: mucho espacio, mucho volumen, posibilidad de planta libre, reconocer tu vivienda individualizada desde el exterior, privacidad de los patios delanteros gracias a la seriación del tipo en vez de la simetría, compartir en una plaza interior servicios comunes…, es decir, buscar los mejor de los dos mundos, el de la casa individual con tu privacidad y el de la vivienda colectiva con el disfrute de tus zonas y servicios comunes. Está teniendo un gran éxito comercial, de lo cual nos alegramos mucho.

En arquitectura pública, estamos proyectando (junto a Buró 4) para la Junta de Andalucía unos Intercambiadores de Transportes que serán implantados en diversos núcleos urbanos en la Comunidad, que deberán adaptarse a las distintas necesidades y a contextos urbanos diferentes, pero con una cierta unidad arquitectónica que los identifique. La solución que hemos dado es la creación de un sistema de arquitectura modular tridimensional con producción industrial, basado en un motivo tan característico en toda la geografía andaluza como el alicatado cerámico de origen hispanomusulmán. Serán distintos tipos de edificios, pero todos reconocibles como parte de una unidad arquitectónica.

Estamos también realizando en distintas fases otros proyectos de viviendas, oficinas, comerciales y hoteles y estamos participando por invitación en concursos internacionales de arquitectura. Creo que es el momento por parte de todos, arquitectos, promotores y comercializadores, de hacer las cosas diferentes y mejor.

 

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