Los edificios inteligentes incrementan su valor un 20% y aumentan sus rentas un 30%

El reposicionamiento de activos es una parte esencial de la estrategia inmobiliaria de las compañías. La integración de criterios de sostenibilidad, la digitalización del inmueble y la dotación de servicios de experiencia incrementan el valor de los inmuebles hasta un 20% y generan unas rentas un 30% superiores a la media del mercado. Esta es una de las conclusiones del informe ‘Impacto en valor de los Smart Buildings’ elaborado por CBRE, primera compañía internacional en consultoría y servicios inmobiliarios.

El posicionamiento de un edificio como Smart Building implica un incremento de la inversión de un 20% sobre la actualización básica del inmueble en concepto de sostenibilidad, digitalización y servicios al usuario, con mejoras técnicas de las instalaciones.

Esta actualización genera un mayor atractivo de este activo en el mercado y, por lo tanto, una mayor demanda por parte de los ocupantes. De hecho, estos edificios registran un incremento sustancial en las afluencias y alcanzan una ocupación media superior al 98%, reduciendo también la rotación.

Como consecuencia, la yield de adquisición cae entre 20 y 50 puntos básicos y las rentas se incrementan un 30% de media. Los gastos de mantenimiento, por su parte, crecen entre uno y dos euros por metro cuadrado, equivalentes a un 5%.

“Si la inversión en el edificio, además de la conservación y acondicionamiento, incluye aspectos más innovadores como mejores estándares de sostenibilidad, una apuesta por la digitalización y espacios más confortables con servicios para los usuarios, esto implicará un reposicionamiento del inmueble como un edificio top class ante la competencia, lo que conllevará un aumento en la demanda y en su valor”, ha asegurado Fernando Fuente, presidente de CBRE Valuation Advisory.

La integración de criterios de sostenibilidad, la digitalización y los servicios de experiencia son las principales palancas que impactan en el valor de los activos. “En un entorno cada vez más complejo, los activos han de diferenciarse para ser competitivos en el mercado. El reto está en que los espacios de trabajo sean capaces de volver a atraer y retener el talento y se conviertan en los mejores entornos laborales. Por ello, la oficina debe ofrecer atributos únicos que atraigan a los ocupantes, como una buena experiencia de usuario”, ha asegurado Iñigo Enrich, Consejero Director y Head de Oficinas en España de CBRE.

Los edificios inteligentes constan de soluciones personalizadas y adaptables a las necesidades de los usuarios, ofreciendo un sentimiento de comunidad y garantizando la comodidad y servicios a los empleados. Estas estrategias se centran en apoyar la integración de la vida personal y laboral, ofreciendo una mejor experiencia a los usuarios.

La aplicación de una estrategia ESG se evidencia en medidas como la mejora de la eficiencia energética, crítica para reducir el consumo de energía y de las emisiones de gases de efecto invernadero, o la implementación de aspectos relacionados con el bienestar, la inclusión social o la movilidad.

Otro de los principales pilares de los Smart Building es la integración de tecnología para anticiparse y adaptarse a las necesidades de los usuarios. La implementación de estas soluciones es fundamental para garantizar la productividad, la experiencia y la conciliación. Además, la monitorización de los diferentes parámetros que componen un edificio ayuda al control eficiente de los costes.

“La polarización del mercado de oficinas continuará materializándose en mayores rentas y ocupaciones en aquellos activos que cumplan los estándares de calidad, tecnología, flexibilidad y ESG. Los activos de más alta calidad, sostenibilidad y que primen la experiencia del trabajador seguirán incrementando sus rentas y atrayendo el interés de las empresas y de los inversores”, ha concluido el Head de Oficinas en España de CBRE.

La integración de la sostenibilidad, la digitalización y la experiencia del usuario permite a los Smart Buildings responder a las necesidades actuales del mercado de oficinas. “Los nuevos modelos de vida y trabajo, la toma de decisiones con foco en las personas, la necesidad de captar y retener talento, la búsqueda de espacios que fomenten la socialización, el cumplimiento de los estándares de sostenibilidad y la incertidumbre macroeconómica hacen que surja la necesidad de replantear los edificios y dotarlos de las herramientas necesarias para cubrir las exigencias de la demanda”, ha asegurado Fernando Fuente.

En este contexto, los Smart Buildings cobran cada vez más sentido en el mercado. Estos edificios permiten obtener información para optimizar el rendimiento de los recursos, mejorar la experiencia de los usuarios y generar un impacto positivo en la sociedad, cumpliendo los estándares de ESG y transformación digital.

Estos inmuebles ofrecen también soluciones personalizadas para adaptarse a las necesidades de los usuarios y están orientados a mejorar el impacto generado en el entorno más inmediato e incrementar el bienestar de los inquilinos. Además, al mostrar un carácter de adaptación continuado en el tiempo, no se ven afectados por los ciclos inmobiliarios.

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