Economía circular

Ana Llopis

Presidenta ejecutiva de Grupo Llopis


Para los gestores de residuos la economía circular no es un concepto nuevo, forma parte de nuestro ADN; somos economía circular desde nuestros orígenes. La gestión de los residuos es la piedra angular de la economía circular, basada en los principios del reciclaje y la valorización de los residuos. Dando una segunda vida a aquello que ya no se utiliza para los fines que se habían creado, haciendo del residuo un recurso. Cuestiones tan fundamentales como el reciclar-reducir-reutilizar, reparar, alargando la vida útil de los materiales. Lo que para unos es un problema, para otros es una oportunidad. Nada se tira, todo se transforma, evitando que su destino final sea un vertedero. ¿Te sumas a la circularidad?

Aunque en este momento el concepto de economía circular esté en auge, no es una moda, es un compromiso individual y colectivo y supone un cambio de mentalidad donde todos pensemos en los residuos como recursos, aprovechándolos una y otra vez en un proceso cíclico. Los efectos del cambio climático son innegables y es necesario actuar en conjunto, personas, empresas e instituciones, para abordar los desafíos de la transformación hacia un modelo sostenible. A nivel global, la lucha contra el cambio climático se ha convertido en una de las principales preocupaciones sociales y económicas. Es necesaria una actuación inmediata y consensuada para evitar que la crisis climática derive en una crisis económica y social sin precedentes.

Para proteger la casa de todos, los Gobiernos han firmado acuerdos y se han creado iniciativas como el Pacto Mundial, que permite a las empresas participar activamente en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados por la ONU. Estos 17 ODS sirven de guía para el sector privado; donde las compañías líderes en las industrias más contaminantes del planeta llevan años planificando su transformación hacia un modelo respetuoso con el planeta.

Este nuevo paradigma de economía circular, viene a sustituir al modelo insostenible e inviable como el lineal, basado en fabricar, usar y tirar. La economía circular lo contrarresta, basándose en el aprovechamiento de recursos y la reintroducción de los residuos en el ciclo productivo para la fabricación de nuevos productos.

Hoy en día, los residuos no son sólo un problema medioambiental, sino también una pérdida económica. Para asegurar nuestra calidad de vida y el bienestar humano a largo plazo, tenemos que preservar el medio ambiente y seguir cultivando los beneficios que nos proporciona mediante la reducción de la cantidad de materiales que estamos extrayendo. Y ello sólo será posible mediante el cambio del actual modelo económico lineal de ‘coger – producir – consumir – eliminar’, el cual se basa en disponer de una gran cantidad de recursos y de energía de fácil acceso.

Los recursos naturales nutren nuestra producción y consumo, y crean riqueza y puestos de trabajo, contribuyendo a nuestra calidad de vida y bienestar. Esta dependencia en el medio ambiente siempre ha sido esencial para nuestra existencia.

Dado que nuestro planeta tiene recursos limitados, esta tasa de extracción y la forma en que estamos utilizando los recursos degrada y disminuye el capital natural que puede estar disponible para sostener el bienestar de las generaciones futuras. En última instancia, esto significa que habrá menos suelo y menos agua dulce por persona para producir los alimentos que necesitamos. Para asegurar nuestra calidad de vida y el bienestar humano a largo plazo, tenemos que preservar el medio ambiente y seguir cultivando los beneficios que nos proporciona mediante la reducción de la cantidad de materiales que estamos extrayendo. Para ello es necesario cambiar el actual modelo económico lineal.

La Comisión Europea propone que se reciclen el 70% de los residuos municipales y el 80% de los residuos de envases de aquí a 2030, y se prohíba arrojar residuos reciclables en vertederos a partir de 2025.

En una economía circular, la reutilización, la reparación y el reciclado se convierten en la norma y los residuos pasan a ser una cosa del pasado. Mantener el uso productivo de los materiales durante más tiempo, reutilizarlos y mejorar la eficiencia, contribuiría asimismo a mejorar la competitividad de la UE en el escenario mundial.

Si queremos ser más competitivos tenemos que sacar el máximo rendimiento a nuestros recursos, lo que significa reciclarlos para darles un nuevo uso productivo, no arrojarlos en vertederos. Convertirse en una economía circular no solo es posible, sino rentable, lo que no quiere decir que ese cambio se vaya a producir sin las políticas apropiadas. Los objetivos que se proponen para 2030 exigen actuar hoy para acelerar la transición a una economía circular y aprovechar las oportunidades empresariales y laborales que ofrece.

La recién aprobada LECA, Ley de Economía Circular de Andalucía, la Ley 3/2023, de 30 de marzo, trata de crear un marco normativo adecuado para el desarrollo de la economía circular en Andalucía, estableciendo las bases fundamentales que aborden la transición hacia un nuevo modelo de crecimiento sostenible y de protección ambiental, más eficiente en el uso de los recursos, en el cual el valor de los productos y los materiales se mantenga en la economía durante el mayor tiempo posible y en el que se reduzca al mínimo la generación de residuos. Se pretende sentar las bases para poder seguir creciendo, pero dentro de un desarrollo sostenible que haga compatible este crecimiento económico con una utilización adecuada de los recursos naturales existentes, habida cuenta de su agotamiento, la degradación de los entornos como consecuencia de la acumulación de residuos y el deterioro medioambiental derivado de la cultura de usar y tirar.

La economía circular, incide directa e indirectamente sobre la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Plantea un modelo económico y productivo caracterizado por la sostenibilidad y el ahorro de recursos y fuentes de energía. Los bienes se producen, se consumen, se reciclan, se producen y se vuelven a consumir, entrando en un ciclo de vida circular. En ese sentido, la economía circular propone un modelo productivo austero en términos de utilización de los recursos. De esta manera, a través del respeto al medio ambiente se pretende posibilitar la máxima reparación y reutilización de las materias primas y las fuentes energéticas del planeta, imitando el trabajo desarrollado por la naturaleza.

La economía circular supone una sustancial mejora común tanto para las empresas como para los consumidores. Las empresas que han puesto en práctica este sistema están comprobando que reutilizar los recursos resulta mucho más rentable que crearlos desde cero. Como consecuencia, los precios de producción se reducen, de manera que el precio de venta también se ve rebajado, beneficiando así al consumidor; no sólo en lo económico, sino también en la vertiente social y medioambiental.

No obstante, los sectores donde es más necesaria esta transformación hacia un modelo sostenible, son: el sector energético, el sector de la moda, la alimentación, el transporte y el sector de la construcción.

El futuro será circular o no será. De ahí que las empresas de todos los sectores industriales estén adoptando los principios de la economía circular como parte de este compromiso en la lucha contra el cambio climático, a través de la promoción de un modelo de producción y consumo sostenibles. La economía circular no solo beneficia al medio ambiente, sino también a la economía y a la sociedad. Al reducir el consumo de materias primas y energía, se disminuyen los costes y se aumenta la competitividad. Al generar menos residuos y aprovecharlos como recursos, se crean nuevas oportunidades de negocio y empleo. Y al mejorar la calidad ambiental y social, se contribuye al bienestar y a la salud de las personas.

El futuro será circular o no será.

¡ACTÚA! Súmate a la circularidad. Recicla, Crea y Transforma.

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