El Consejo de Administración como clave para el buen gobierno de las empresas

Francisco José Pérez Fresquet

Director de Desarrollo Corporativo en la Universidad Loyola


Hoy el buen gobierno de las empresas se hace cada día más necesario y cada día es más complejo porque nos adentramos en modelos de sociedad y de empresas que han de dar un salto en su gestión y en la forma de proyectar el futuro. La supervivencia, el proyectarse a largo plazo y el configurarse desde visiones diferentes son elementos claves para retarse y crecer, y por ende como gran aporte de generación de riqueza y de construcción de sociedad en el estado del bienestar.

Cada día la volatilidad, la incertidumbre y la resiliencia son escenarios reales donde nos encontramos como empresas y como tales hemos de saber navegar en estas aguas que pocas veces están en calma y que nos deparan navegaciones muy apasionantes. Sin querer ser exhaustivo describiré como botón de muestra en que entorno, en que retos nos estamos moviendo que nos dibuja el escenario actual de acción. Actualmente nuestra realidad se configura de retos socioeconómicos, políticos, sociológicos y empresariales. Algunos ejemplos de estos retos que hacen que tengamos un navegación con fuerte marejada, retos socioeconómicos: Covid-19 y sus efectos, dificultades en el campo de la cadena de suministros, incremento de precios de energía, del dinero y de materias primas, entorno inflacionista, crisis económicas y financieras, cambio climático y medioambiente, etc.; retos políticos como la gran polarización ideológica, situaciones internacionales conflictivas: invasión de Ucrania, tensiones entre China – US, acciones peligrosas de Corea del Norte, conflictos en Etiopía y Afganistán, Israel – Palestina, la aparición de la nueva URSS, la Unión de Repúblicas Socialistas de Sudamérica, etc.; retos sociológicos como el crecimiento de la pobreza y de la exclusión social, transformación de los valores, crecimiento de espiritualidades – religiones que intervienen en decisiones económicas y políticas, etc.; y los retos empresariales: digitalización – ciberseguridad constante, innovación e investigación, gestión y atracción de personas, cuestiones estratégicas de las empresas: crecimiento orgánico, integración vertical, M&A, procesos de sustitución de directivos, diversificación, core business, alianza de cooperación, expansión internacional, etc.

Con este entorno presente y con nuevos retos que se nos avecinan en el futuro, muchos de los cuales ni siquiera podemos imaginarlos hoy, seguro que algunos cisnes negros también aparecerán, hemos de ser consciente de nuestra máxima responsabilidad: la sostenibilidad de nuestra empresa en el tiempo. Las empresas son instituciones que crecen, que se desarrollan, que mutan, que pretenden una gran longevidad y han de proyectarse en el tiempo. El futuro no existe, se construye, y es aquí donde entra en juego la necesidad de que las medianas y grandes constituyan Consejos de Administración (es una realidad exigible a las cotizadas y las definidas en la Ley de Sociedades de Capitales, deberíamos de pensar porque es exigible) que han de dotar de más fuerza al gobierno de las empresas. No existen ya los CEO, directores generales o empresarios que lo sepan todo y que puedan con todo, ahora se necesitan equipos directivos cohesionados y profesionales y Consejeros que tengan claro su rol, que puedan enriquecer y proyectar la compañía en el largo plazo. Hoy más que nunca se necesitan nuevas visiones, a veces los empresarios y/o directivos actúan tan enamorados con lo que hacen que no observan o ven los cambios que se producen y como les afectara.

El Consejo de Administración ha de ayudar al empresario o al CEO y su Equipo Directivo de primer nivel a la proyección de la empresa en el futuro. Por ello hay que rodearse de personas que tengan visiones y capacidades diferentes, hoy ya un Consejo de Administración no es un grupo de amigos ni de familiares per se, hoy los consejeros han de ser profesionales, sabiendo cual es su rol (no son ejecutivos son consejeros), han de estar en el diseño de la estrategia corporativa (la estrategia de negocio es del CEO y su equipo directivo), tienen que evaluar si hay capacidades y recursos suficientes para construir el futuro de la empresa.

Hay que tener claro la diferencia entre el Equipo Directivo y el Consejo de Administración. Son dos estamentos diferentes, complementarios y necesarios para las empresas de esta nueva era. El Equipo de Dirección se ocupa de la la gestión del día a día, sin perder de vista el largo plazo mientras que el Consejo de Administración debe ocuparse del largo plazo asegurándose que en el día a día no habrá sustos, que se minimizan los riesgos y que se potencia la mirada al futuro. El Consejo de Administración es el órgano máximo de administración de una empresa y son los garantes de los accionistas que son realmente los propietarios, ha de ser el impulsor para crear valor para el accionista.

En un breve resumen las claves y funciones de un buen Consejo son velar por la misión y propósito de la empresa, desarrollar el carácter propio de la misma según los accionistas con la fijación clara de objetivos, orientar y aprobar la estrategia, supervisar y ayudar al Equipo Directivo, clarificar y definir el futuro determinando riesgos y oportunidades para que la empresa sea sostenible a largo plazo y decidir sobre importantes elementos económicos-financieros: presupuestos, inversiones, adquisiciones-fusiones e impacto social (criterios ESG, RSC y ODS). Y lo que es clave que entendamos que hoy ser Consejero es ser un profesional, no es un premio, es una responsabilidad donde la experiencia, el saber hacer y el saber estar se convierten en ejes claves para designar un consejero. No debemos de olvidar que tienen responsabilidades mercantiles y penales si incurriesen en malas prácticas, la responsabilidad con la empresa y con el buen gobierno son definitorias.

Son más que nunca hoy necesarios los Consejos de Administración en las empresas por el entorno de incertidumbre y volatilidad, y como no por el crecimiento necesario de las mismas. La empresa es un actor de construcción del futuro, y no que el futuro te arrastre como empresa.

La esencia de un buen gobierno corporativo es que el Consejo de Administración defina el rumbo, la estrategia de la compañía y esta esté alineada con los intereses de todos los stakeholders de la empresa, siendo consciente del valor crucial de los accionistas como stakeholder de referencia. La sostenibilidad empieza con los números en negro. La composición básica de un Consejo es Presidente y Consejeros, estos suelen ser de tres tipos: Ejecutivos, Dominicales e Independientes. Cada empresa es un mundo en sí misma y la distribución y composición del Consejo de Administración responde a la realidad del presente de la compañía y a la proyección de la misma que se quiere alcanzar. Clave es elegirlos bien, hacerles ver que se espera de ellos y llevar a cabo un plan de inducción en la empresa y en el sector donde se desarrolla.

En los momentos actuales a las empresas de cualquier tamaño se les abre la oportunidad de crear un buen Consejo de Administración que ayudará a tener nuevas ideas, conceptos, metodologías y a la construcción de un futuro compartido del desarrollo de las mismas. Toda empresa con un buen consejo de administración gana mucho y no pierde nada. El Consejo de Administración, es un lugar para compartir sueños, ver oportunidades y retos, en definitiva, crea la empresa del futuro a partir del presente.

 

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