El inmobiliario andaluz, un sector con firmes cimientos

Juanma Moreno

Presidente de la Junta de Andalucía


El sector inmobiliario andaluz es, con diferencia, el que se presenta con mayor solidez y cimientos más profundos para afrontar la incertidumbre que la economía nos depara para los próximos meses a todos los niveles. Y es así porque ya lo está demostrando frente a los lastres que han supuesto la subida de tipos, el retraimiento en la financiación, el incremento de costes y el descenso en la demanda ocasionado por todo lo anterior.

Durante el primer semestre de este año, el sector en Andalucía ha demostrado su fortaleza frente al resto de territorios liderando la concesión de hipotecas y, al mismo tiempo, encabezando el visado de nuevas viviendas. Ese dinamismo inmobiliario ha llevado a que, en Andalucía, se haya recuperado el ritmo de construcción de nuevas viviendas que se registraba hace 15 años. Y no es una cuestión menor, por cuanto – a pesar de haberse visto demonizado en ocasiones como causante de graves crisis – la actividad vinculada al denostado ‘ladrillo’ supone un 6% de valor agregado en la estructura económica andaluza.

Sin embargo, en ese camino no despejado de obstáculos el papel de las administraciones tiene una clara influencia en la marcha de las expectativas de futuro. Una influencia que puede ser positiva, pero que también es negativa.

En este último sentido, el más preocupante para el sector, Andalucía ya ha mostrado su posición contraria a la invasión de competencias de una Ley de Vivienda impulsada por el Gobierno central y que ha encontrado respuesta en el recurso que el Gobierno andaluz ya ha presentado en el Tribunal Constitucional y que recientemente ha sido admitido a trámite junto con las reticencias planteadas por otras comunidades autónomas.

Una Ley estatal por el Derecho a una Vivienda cuya entrada en vigor ha provocado de facto el retraimiento de inversiones y de la propia actividad inmobiliaria; por ejemplo, ya han quedado desiertas licitaciones para llevar a cabo la construcción de viviendas destinadas al alquiler.

Pero también hay influencias positivas desde la acción política y la gestión de la administración, en este caso del Gobierno de Andalucía. Una acción que se suma al impulso que da al sector sus propios actores y que está haciendo que en el caso andaluz siga la actividad demostrando esa solidez.

El Plan VIVE, desarrollado por la administración regional para el impulso de la Vivienda en Andalucía, ha propiciado la promoción de 10.000 nuevas viviendas en los últimos cuatro años. A eso se suman las distintas rebajas y modificaciones fiscales para fomentar el acceso al mercado inmobiliario, y por tanto el desarrollo de la actividad.

En especial, la medida ya puesta en marcha para que los jóvenes andaluces de hasta 35 años puedan verse respaldados con un aval hipotecario en la compra de su primera vivienda. Se trata del programa Garantía Vivienda Joven, por el que el Gobierno de Andalucía ofrece una ayuda que, sumada al importe de la hipoteca, permita obtener a quienes la soliciten el 95% del valor de adquisición de su primera vivienda en propiedad.

Este programa cuenta con una dotación presupuestaria de 20 millones de euros, y lo que persigue es facilitar en todo lo posible el acceso al mercado de la vivienda a muchos jóvenes que hasta ahora no han tenido esa posibilidad. Es una medida ante todo, social, que beneficiará directamente a los jóvenes que afrontan este paso. Pero también lo es económica, ya que va a contribuir a fomentar el mercado inmobiliario.

En cualquier caso, el sector inmobiliario andaluz tendrá que seguir demostrando esa fortaleza que le ha llevado a liderar el dinamismo económico en provincias como Málaga. Y afrontar también, de la mano y junto a la administración pública, los enormes retos que tiene por delante el mercado de la vivienda. Veremos muy pronto como los problemas de alza de precios empujados por la enorme demanda o las dificultades impuestas por la subida de tipos sumarán obstáculos en los próximos meses al desarrollo de esta actividad, con tanta repercusión en las familias, en la economía y en el porvenir de una región como Andalucía.

Ante esos retos, como lo ha estado en estos últimos cuatro años, al lado de las empresas y de sus profesionales seguirá estando el Gobierno andaluz; ayudando a afianzar el presente y el futuro de un sector con firmes cimientos.

 

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