Gobernanza, sequía e infraestructuras: Tres palabras que definen la actual situación crítica del agua en España

Fernando Reyero

Ingeniero industrial Director general de Funddatec y Embajador del Agua


La sequía en la que nos encontramos inmersos, en un clima Mediterráneo como el nuestro, provoca unos fenómenos climáticos habituales, que supone que sea algo recurrente en nuestro país. Es hora de que nos planteemos si es un tema coyuntural o estructural.

Gobernanza, sequía e infraestructuras son tres palabras que van unidas a la hora de analizar acontecimientos de situaciones críticas como las que nos encontramos en estos tiempos debido a la sequía que padecemos. La falta de agua es la espada de Damocles, que de manera cíclica y en climas Mediterráneo como el nuestro, asoma cada cierto tiempo en nuestros telediarios, independientemente de que el cambio climático esté agravando estas situaciones.

Cada vez encontramos un mayor número de días con temperaturas por encima de los 40 grados, lo que agudiza la sequía por un aumento de la evapotranspiración en la superficie del agua, del suelo la vegetación y los cultivos, causados por el aumento de la temperatura. En el Mediterráneo hemos tenido este verano temperaturas por encima de los 31 grados.

Aunque para hablar de la Gobernanza del Agua habría que escribir un tratado, voy a intentar dar unas pinceladas sobre el tema. En primer lugar, si hacemos un análisis somero de la situación mundial, está el aumento desmesurado del crecimiento de la población, que puede pasar de 8.000 millones en el momento actual a los 9.000 millones de habitantes en el año 2040. Esto conllevará, no solo falta de agua para abastecimiento, sino también resolver el grave problema de alimentar a dicha población, lo que nos lleva a replantear la agricultura de regadío en nuestra comunidad, teniendo en cuenta que ya supone un 80% del consumo total del agua.

Si hacemos un repaso de algunos parámetros globales del agua en el mundo, en Europa y en España, partiendo de que el modelo de Gobernanza en España está muy desarrollado, que probablemente la Directiva Marco del Agua Europea, está inspirada en el modelo de Cuenca Hidrográfica Española, nos sorprenderá el porqué cuando llegan las sequías cíclicas se saca como conclusión la falta de modelos de prestación, inversión e infraestructuras, incluso la falta de acuerdos entre actores políticos y la comunidad social que intervienen, ya que la Gobernanza es altamente contextual y las políticas del agua hay que adaptarlas a las especificaciones territoriales y sobre el recurso disponible. Los sistemas de Gobernanza deben diseñarse en función de las soluciones a aportar en cada caso.

Para cumplir la normativa de zonas sensibles y teniendo en cuenta que a nivel de población aún queda por depurar el 40% de las mismas, ya que solo se depuran en grades poblaciones de más de 2.000 habitantes, lo que nos indica, con un grado de objetividad grande, es que se puede decir que independientemente del modelo de gestión empleado y el mayor nivel de concienciación ciudadana, la necesidad de infraestructura es sumamente importante. Esta deficiencia va a incidir en el aumento de la contaminación en los cauces debido a la falta de dilución en los mismos.

A modo de ejemplo, en lo que respecta a las aguas urbanas de abastecimiento, cabe señalar el caso de Sevilla en esta sequía, resuelto en gran medida gracias a las infraestructuras que se han hecho desde la pasada sequía como son el embalse de Melonares y el resto de infraestructuras en el Viar y el Carambolo. Pero es importante reflejar que una infraestructura como esta ha tardado más de 25 años en realizarse y ponerse en servicio desde que se hizo el primer documento administrativo.

Los profesionales y técnicos asesores de la ONU pensamos que para enfrentarnos a la sequía en la que nos encontramos, y que será una situación recurrente y cada día más frecuente, hay dos términos que hay que abordar de una manera más racional e inteligente: Gobernanza y presupuestos. Las administraciones no pueden seguir en este enfrentamiento constante que impide la ejecución de las infraestructuras y el cambio en los modelos de gestión, tarifarios y de inversión.

Sobre los avances tecnológicos de los últimos años, mencionaría a modo de ejemplo la desalación, que suponía un coste energético de 20KW/h m3 y hoy supone menos de 3KW/m3, lo que conlleva un gran abaratamiento del agua salada.

Partiendo de que del total del agua disponible en el Universo, solo el 0,78% es utilizable como agua potable, el resto es agua salada, está claro que ante la falta de lluvias es necesario recurrir a otros tipos de recursos, como el agua de mar o la reutilización de aguas residuales.

En definitiva, hay que decir que en España y Andalucía es fundamental el desarrollo de la agricultura. Partimos de que la gestión de los recursos hídricos tanto superficiales como subterráneos ha mejorado bastante, solo tenemos que acordarnos de la gran sequía del 90 al 95 o el cambio del Plan Hidrológico Nacional del Gobierno de Aznar al Gobierno de Zapatero, se pasó del trasvaso del Ebro a las desaladoras, sin valorar las consecuencias técnicas ni económicas.

Si nos referimos al caso de España y en concreto el de Andalucía, habría que plantearse ya, a modo de resumen, como mínimo las siguientes actuaciones:

1) Ejecución de nuevas infraestructuras, muchas de ellas proyectadas desde hace años

2) Utilización de nuevos recursos:

  • Desalación
  • Reutilización de aguas residuales para regadío
  • Inteligencia artificial, implantación de la digitalización para fomentar el ahorro del agua y prevención y disminución de pérdidas en las redes.

3) Ejecución de los Planes Hidrológicos de Cuenca y el Plan Hidrológico Nacional.

4) Replanteo de la agricultura de regadío.

5) Replanteo de la valoración de los caudales ecológicos de las distintas cuencas.

6) Nuevo régimen tarifario.

7) Nuevas fuentes de financiación.

Es evidente que algunos de estos temas ya los tienen resueltos mejor en otras partes del mundo.

Por tanto, resulta evidente, que el modelo de gestión que se emplea, probablemente esté agotado y haya que apostar por una gobernanza más adaptada a los tiempos. Por supuesto, en España es fundamental la firma de un gran pacto nacional, real y eficaz por el agua, que impida que teniendo en cuenta los efectos globales que está suponiendo el cambio climático y la situación política que tenemos cada vez que ocurren situaciones como la actual, sigamos acordándonos de Santa Bárbara en lugar de planificar la próxima sequía. Pensemos que cada día mueren en el mundo 6.000 personas a causa de diarreas y falta de agua, la mayoría niños menores de cinco años.

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